QUE ES LA SOMATICA?

¿Qué es la Somática y por qué es clave para tu bienestar?

Si alguna vez has sentido que tu cuerpo y tu mente van por caminos distintos, no estás solo. Vivimos en una sociedad que nos empuja a estar en la cabeza todo el tiempo: pensar, analizar, resolver problemas… Pero, ¿qué pasa con el cuerpo? Ahí es donde entra la Somática, un enfoque que nos ayuda a reconectar con nuestra experiencia corporal y a descubrir el impacto que tiene en nuestras emociones, pensamientos y forma de estar en el mundo.

La palabra “somática” viene del griego soma, que significa “cuerpo vivo” o “cuerpo sentido desde adentro”. No se trata solo del cuerpo como un conjunto de músculos y huesos, sino del cuerpo que siente, se expresa y nos permite experimentar la vida.

La Somática no es una técnica en sí misma, sino un enfoque que atraviesa diferentes disciplinas. Desde la educación somática, como el Método Feldenkrais, hasta la terapia corporal y el mindfulness, todas comparten la idea de que el movimiento, la postura y la respiración influyen en cómo pensamos, sentimos y nos relacionamos con el mundo.

¿Por qué es importante reconectar con el cuerpo?

Pasamos gran parte del día desconectados de nuestras sensaciones: nos sentamos durante horas, nos movemos con prisa y muchas veces ignoramos las señales de nuestro cuerpo hasta que aparecen el estrés, el dolor o el cansancio extremo. La Somática nos invita a volver a sentir, a escuchar el cuerpo y a descubrir cómo nuestros hábitos posturales y de movimiento influyen en nuestra vida cotidiana.

Algunas razones por las que vale la pena explorar la Somática:
 Reduce el estrés y la ansiedad al mejorar la conexión entre el cuerpo y la mente.
 Aumenta la conciencia corporal, ayudándonos a movernos con más facilidad y menos tensión.
 Mejora la postura y el movimiento, previniendo dolores y molestias crónicas.
 Nos ayuda a procesar emociones, ya que muchas veces lo que sentimos se refleja en nuestro cuerpo.

Cómo empezar a explorar la Somática

No hace falta ser un experto ni cambiar toda tu rutina de golpe. Puedes empezar con pequeños ejercicios como:
 Prestar atención a tu respiración por unos minutos al día.
 Observar cómo caminas, cómo te sientas o cómo te mueves en tu día a día.
 Y si quieres profundizar, puedes explorar prácticas somáticas como el Método feldenkrais.

La Somática nos recuerda algo esencial: no somos solo una mente que lleva un cuerpo, somos un cuerpo que siente, piensa y vive. Cultivar esta conexión no solo nos ayuda a movernos mejor, sino a vivir de manera más consciente y equilibrada.

¿Has notado cómo tu postura o tu respiración cambian según tu estado emocional? ¿Te gustaría explorar más sobre la Somática? ¡Déjamelo en los comentarios!